Al momento de cultivar hay muchos factores a tener en cuenta: espacio, clima, luz solar, tiempo, dinero, entre otros. Es por ello que tenemos que sopesar cada una de las estrategias posibles al momento de empezar un huerto. 

Una de las preguntas que comúnmente nos hacemos cuando partimos este camino es ¿Es mejor sembrar desde semillas o poner plantas compradas y que estén grandes? 

La siembra con semillas es la forma más económica de cultivar, pero también la que más cuidados y atenciones necesita. El costo de las semillas por unidad es mucho más bajo que el precio de las plantas ya desarrolladas, por lo que sembrando tu misma se pueden obtener muchas más plantas por el mismo precio, o por menos incluso, de lo que cuesta una planta en un vivero. Lo que hay que tener en cuenta, eso sí, es que la siembra requiere un cuidado bastante más exigente para lograr que las plantas germinen y crezcan con éxito.

Hay varias maneras de sembrar desde la semilla. En general, se resumen en tres tipos, según el lugar donde se realiza la siembra. Hoy  hablaré de una de ellas: la siembra en semilleros o recipientes.

semilleros en recipientes:

Los semilleros son lugares destinados de forma específica al desarrollo de las semillas y que permiten entregar los cuidados especiales que estas necesitan para poder germinar. Cuando este objetivo se logra, se realiza el trasplante, generalmente, a su lugar definitivo.

Utilizar recipientes es el método más sencillo para la siembra, porque permite trasladar el semillero a espacios cerrados y acondicionarlo del modo más beneficioso, sin tener que luchar con las condiciones del suelo y el clima del huerto mismo. Estos recipientes deben ser pequeños. Pueden ser macetas o recipientes de reducido tamaño, vasos de yogurt, cilindros de papel higiénico, cilindros de papel de diario o las bandejas de alveolos. Estas últimas son piezas pensadas para la germinación de las semillas y su forma recuerda a cubeteras para hacer hielo pero que son más grandes y pueden estar fabricadas en materiales como plástico, corcho o poliestireno expandido.

El sustrato más conveniente para este tipo de semilleros es el llamado sustrato liviano, y que está conformado por una mezcla en base a tres componentes mínimos, que son perlita, fibra de coco y compost. También, en algunas mezclas se le agrega de forma extra bocashi, humus de lombriz u otros abonos, pero esto último no es estrictamente necesario.

Los pasos para iniciar la siembra en tus “semilleros en recipientes” es la siguiente:

Tras rellenar el recipiente con el sustrato, hay que hacer un hueco e introducir allí las semillas. Si son semillas pequeñas, conviene colocar 3 ó 4 en un recipiente, pero si las semillas son grandes, sólo una por cada espacio. Por encima de las semillas se debe echar una fina capa de sustrato, que cubra las semillas, pero las deje cerca de la superficie.

Para regar el semillero, se recomienda el uso de un pulverizador, para que el agua caiga en pequeñas partículas tipo rocío o lluvia fina, y no como un chorro que arrastre la tierra y deje las semillas en posiciones que las perjudiquen.

Una de las grandes ventajas de la siembra en semilleros de recipientes es la posibilidad de efectuarla en cualquier momento del año, ya que se puede realizar en interiores. O también se puede crear una especie de invernadero en miniatura con algún plastico o envase de botella, de tal manera que se propicie una temperatura constante y una mucho menor pérdida de humedad. Eso sí, en caso de tomar esa última alternativa se debe destapar durante unas horas por día, para garantizar una buena ventilación y regulación de calor. Cuando las plántulas comienzan a brotar, hay que estar atentos para “ralear” si en un mismo alveólo o recipiente ha germinado más de una semilla. Ralear es elegir una planta para que siga creciendo y cortar las otras que han brotado en el mismo recipiente. Y por fin, después de unas cuantas semanas (el plazo varía según el ritmo de crecimiento de las especies y de las condiciones a que se haya sometido el semillero), las plántulas estarán preparadas para ser trasplantadas a recipiente más grandes o bien al suelo o su lugar definitivo de la huerta.